En Unquillo me encontré con una rica historia de encuentros y luchas, sintetizada en dos mujeres, provenientes de dos culturas diferentes pero igualmente apasionadas.
Ambas anhelaban ser libres y eligieron medios diferentes para su vuelo.
Arabela y Eleonora. Una guerrera y una poeta. Extremos de un péndulo cuyo equilibrio sólo se encuentra en la paz y en la unidad con la tierra que las vio nacer.
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